Amar es igual a padecer una enfermedad - Jessica Machado
¿Que es el amor? Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, esquivo, alentado, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso; mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, fugitivo, satisfecho, ofendido; creer que un cielo en un infierno cabe, dar la vida y el alma a un desengaño; esto es el amor; quien lo probó lo sabe. Todas éstas son nociones sentimentales que nos obligan a cometer locuras en su nombre, en ocasiones sentimiento impronunciable, que nos hace retraernos en nuestro propio mundo. Pero, ¿qué pasaría si nos enteráramos de que todos estos sentimientos que agobian y parecen enloquecer realmente son los efectos secundarios de una enfermedad neurológica? ¿No sería la excusa perfecta para disculparnos por cualquier traspié que cometamos mientras estamos bajo los efectos de esta droga de la que desconocemos que consumimos?
Cuando hablamos de San Valentín o el Día de los Enamorados, normalmente nos referimos a la idea romántica asociada a los amantes, como los tiernos besos o las frases de amor; pero, a nivel neurológico, la química cerebral del enamoramiento es semejante a una enfermedad mental, lo cual da sentido a la expresión "estar locamente enamorado". Es una liberación de dopamina, serotonina, oxitocina.
Los poetas se deleitan cantando al más maravilloso de los sentimientos desde todos los ángulos y con infinitos matices, enredándonos y sumergiéndonos en mares de fantasía y cielos rosados. Pero los químicos también tienen cosas que decir al respecto, quizás menos seductoras, mas no por ello menos importantes.
¿Por qué nos enamoramos de una determinada persona y no de otra? Parece ser que, antes de que una persona se fije en otra, ya ha construido un mapa mental, desde temprana edad, imaginando cómo sería esa "persona ideal"; un molde completo de circuitos cerebrales que determinan lo que le hará enamorarse de una persona y no de otra.
La química del amor es una expresión acertada. En la cascada de reacciones emocionales hay electricidad o descargas neuronales y hay química (hormonas y otras sustancias que participan). Ellas son las que hacen que una pasión amorosa descontrole nuestra vida y las que explican buena parte de los signos del enamoramiento. Cuando encontramos a la persona deseada, se dispara la señal de alarma, nuestro organismo entra entonces en ebullición. A través del sistema nervioso, el hipotálamo envía mensajes a las diferentes glándulas del cuerpo, que nos hacen sentir la efervescencia del amor; libres e invencibles; inflados de emociones que nos llevan a lugares nunca antes revelados.
No hay duda, el amor es una enfermedad. Tiene su propio rosario de pensamientos obsesivos y su propio ámbito de acción. Los padecimientos y goces del amor se esconden, irónicamente, en esa ingente telaraña de nudos y filamentos que llamamos sistema nervioso autónomo; esas cosquillas en el estómago; en ese sistema, todo es impulso y oleaje químico. Así que asientan el miedo, el orgullo, los celos, el ardor y, por supuesto, el enamoramiento.
Jessica Machado
@JessMachado235
Cuando hablamos de San Valentín o el Día de los Enamorados, normalmente nos referimos a la idea romántica asociada a los amantes, como los tiernos besos o las frases de amor; pero, a nivel neurológico, la química cerebral del enamoramiento es semejante a una enfermedad mental, lo cual da sentido a la expresión "estar locamente enamorado". Es una liberación de dopamina, serotonina, oxitocina.
Los poetas se deleitan cantando al más maravilloso de los sentimientos desde todos los ángulos y con infinitos matices, enredándonos y sumergiéndonos en mares de fantasía y cielos rosados. Pero los químicos también tienen cosas que decir al respecto, quizás menos seductoras, mas no por ello menos importantes.
¿Por qué nos enamoramos de una determinada persona y no de otra? Parece ser que, antes de que una persona se fije en otra, ya ha construido un mapa mental, desde temprana edad, imaginando cómo sería esa "persona ideal"; un molde completo de circuitos cerebrales que determinan lo que le hará enamorarse de una persona y no de otra.
La química del amor es una expresión acertada. En la cascada de reacciones emocionales hay electricidad o descargas neuronales y hay química (hormonas y otras sustancias que participan). Ellas son las que hacen que una pasión amorosa descontrole nuestra vida y las que explican buena parte de los signos del enamoramiento. Cuando encontramos a la persona deseada, se dispara la señal de alarma, nuestro organismo entra entonces en ebullición. A través del sistema nervioso, el hipotálamo envía mensajes a las diferentes glándulas del cuerpo, que nos hacen sentir la efervescencia del amor; libres e invencibles; inflados de emociones que nos llevan a lugares nunca antes revelados.
No hay duda, el amor es una enfermedad. Tiene su propio rosario de pensamientos obsesivos y su propio ámbito de acción. Los padecimientos y goces del amor se esconden, irónicamente, en esa ingente telaraña de nudos y filamentos que llamamos sistema nervioso autónomo; esas cosquillas en el estómago; en ese sistema, todo es impulso y oleaje químico. Así que asientan el miedo, el orgullo, los celos, el ardor y, por supuesto, el enamoramiento.
Jessica Machado
@JessMachado235
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