Gustav y Gustavo - CAROLINA JAIMES BRANGER

"Yo sentí cada nota como si Mahler se la susurrara al oído a Dudamel"


Escribo este artículo luego de tres de los conciertos de la serie "Con Dudamel por la paz": la Segunda, Tercera y Quinta Sinfonías de Gustav Mahler interpretadas por nuestra Sinfónica Simón Bolívar y dirigidas por Gustavo Dudamel.

No sé si diré algo que no se haya dicho de Gustavo Dudamel. En todo caso diré lo que sentí en esos conciertos: excelsitud, trascendencia, magnanimidad... Mahler según Dudamel es cada vez más conmovedor, más electrizante, más divinamente humano.

Le escuché decir a Gustavo que dirigir a Mahler es descubrir algo nuevo cada vez. Que cuando se aprendió sus sinfonías (la suya es una memoria musical como ha habido pocas en el mundo) y empezó a dirigirlas, creyó que conocía a Mahler. Pero con el tiempo se dio cuenta de que "mientras uno más comprende más incógnitas aparecen".

Ese descubrir algo nuevo, el sentir la música como algo dinámico, vivencial, logra que Gustavo nos lleve más allá cada vez que dirige al genio checo. Una de las imágenes más bellas que he visto sobre un escenario ha sido la de la cantante sueca Anna Larsson, literalmente transportada al cielo mientras escuchaba la interpretación de la orquesta.

Robert D. Thomas, uno de los críticos musicales más reputados -y más temidos- de la actualidad, escribió el 24 de enero de este año en varios diarios lo siguiente: "Cuando me pongo el sombrero de crítico trato de no comparar interpretaciones... sé que hay quienes lo hacen, pero trato en lo posible de no hacerlo. Sin embargo, hay un par de obras para las cuales es muy difícil bloquear la memoria. Una de ellas es la Sinfonía Nº 3 de Mahler. Una de mis experiencias musicales más indelebles en casi 60 años de asistir a conciertos fue la primera vez que escuché Zubin Mehta y la tercera Filarmónica de Los Ángeles interpretar a Mahler a finales de 1970. Durante muchos años he dicho que si tuviera una sola pieza para escuchar mientras me estoy muriendo, sería Mehta y la Filarmónica tocar el final de esta obra monumental.

Ayer por la noche en el Walt Disney Concert Hall, la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela estuvo muy, muy cerca de igualar ese nivel. Y Gustavo Dudamel lo igualó". Yo sentí cada nota como si Mahler se la susurrara al oído a Dudamel. ¡Qué talento, qué genialidad! Fue alcanzar lo sublime de la mano de Gustav y Gustavo.

CAROLINA JAIMES BRANGER |  EL UNIVERSAL
@cjaimesb

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