El milagro del maestro Abreu - CAROLINA JAIMES BRANGER
Como el "venerado sumo sacerdote y humilde servidor de la educación musical en Venezuela" describe Daniel D. Wakin al maestro José Antonio Abreu en el New York Times del pasado 1 de marzo.
Wakin, uno de los estelares periodistas norteamericanos que vino a Caracas con motivo del ciclo de Mahler dirigido por Gustavo Dudamel y ejecutado por nuestra Orquesta Simón Bolívar y la Filarmónica de Los Ángeles, ha escrito en repetidas oportunidades sobre El Sistema. Esta vez dedica su extenso reportaje al maestro Abreu. En la versión web ocupa tres páginas. A pocas personas en el mundo les dedican tal extensión en el New York Times.
Entiendo que no podía ser de otra manera. Wakin, quien es conocido por su agudeza, meticulosidad y asertividad cuando escribe, quedó nuevamente subyugado por la magia de El Sistema cuando acompañó a los músicos californianos en su recorrido por los distintos núcleos de nuestras orquestas, donde dieron clases magistrales y a la vez fueron impresionados por la calidad de los niños y jóvenes ejecutantes.
La crónica de Wakin es el testimonio de una voz autorizada y otro reconocimiento a la obra de José Antonio Abreu, obra en la que creo, en la que confío, en la que tengo puestas mis esperanzas. No sé si los venezolanos estamos conscientes de la magnitud, el alcance y la penetración que tiene El Sistema. El cambiar radicalmente para bien las vidas de niños -y a través de ellos, de familias completas- es una obra de dimensiones colosales. Nunca dejaré de alabar el milagro que los más pobres, los excluidos, los desesperanzados puedan insertarse, desarrollarse y crecer en un círculo virtuoso creado por la música clásica. Con razón ha insistido José Antonio Abreu en que el derecho al arte es el derecho humano más sagrado.
"Las orquestas y los coros son instrumentos increíblemente efectivos contra la violencia", dice el maestro Abreu. ¡Y cómo no van a serlo, si han logrado cambiar el paradigma de que los héroes son los malandros!
Deborah Borda, presidenta de la Orquesta de Los Ángeles le dijo al maestro Abreu y a un nutrido grupo de nuestros jóvenes músicos: "ustedes han hecho un milagro y nosotros con humildad, nos sentimos muy honrados de ser una parte de él".
Sí, es un milagro. Un milagro obrado por la pasión, el amor y el talento de José Antonio Abreu.
@cjaimesb
Wakin, uno de los estelares periodistas norteamericanos que vino a Caracas con motivo del ciclo de Mahler dirigido por Gustavo Dudamel y ejecutado por nuestra Orquesta Simón Bolívar y la Filarmónica de Los Ángeles, ha escrito en repetidas oportunidades sobre El Sistema. Esta vez dedica su extenso reportaje al maestro Abreu. En la versión web ocupa tres páginas. A pocas personas en el mundo les dedican tal extensión en el New York Times.
Entiendo que no podía ser de otra manera. Wakin, quien es conocido por su agudeza, meticulosidad y asertividad cuando escribe, quedó nuevamente subyugado por la magia de El Sistema cuando acompañó a los músicos californianos en su recorrido por los distintos núcleos de nuestras orquestas, donde dieron clases magistrales y a la vez fueron impresionados por la calidad de los niños y jóvenes ejecutantes.
La crónica de Wakin es el testimonio de una voz autorizada y otro reconocimiento a la obra de José Antonio Abreu, obra en la que creo, en la que confío, en la que tengo puestas mis esperanzas. No sé si los venezolanos estamos conscientes de la magnitud, el alcance y la penetración que tiene El Sistema. El cambiar radicalmente para bien las vidas de niños -y a través de ellos, de familias completas- es una obra de dimensiones colosales. Nunca dejaré de alabar el milagro que los más pobres, los excluidos, los desesperanzados puedan insertarse, desarrollarse y crecer en un círculo virtuoso creado por la música clásica. Con razón ha insistido José Antonio Abreu en que el derecho al arte es el derecho humano más sagrado.
"Las orquestas y los coros son instrumentos increíblemente efectivos contra la violencia", dice el maestro Abreu. ¡Y cómo no van a serlo, si han logrado cambiar el paradigma de que los héroes son los malandros!
Deborah Borda, presidenta de la Orquesta de Los Ángeles le dijo al maestro Abreu y a un nutrido grupo de nuestros jóvenes músicos: "ustedes han hecho un milagro y nosotros con humildad, nos sentimos muy honrados de ser una parte de él".
Sí, es un milagro. Un milagro obrado por la pasión, el amor y el talento de José Antonio Abreu.
@cjaimesb
Comentarios
Publicar un comentario