Comedia contra la homofobia
Siete protagonistas, en clave de humor, luchan contra los prejuicios
Se celebra en todo el mundo el Mes del Orgullo Gay, célebre por las diferentes marchas que esta comunidad -cada vez más activa en las acciones a favor de sus reivindicaciones, especialmente en los países desarrollados- celebra para conmemorar los sucesos ocurridos el 28 de junio de 1969, en el bar Stonewall del Greenwich Village neoyorquino, cuando grupos de homosexuales hostigados por la policía, que entonces los perseguía como si de delincuentes se tratara, se rebelaron y protagonizaron tres días de disturbios para protestar por los frecuentes acosos por parte de las autoridades, en lo que se considera el inicio de la lucha por sus derechos.
Desde entonces ha corrido mucha agua y aunque en algunos países los gays siguen siendo, no solamente discriminados, sino perseguidos y encarcelados o asesinados por su conducta sexual, en otros han avanzado notoriamente, hasta obtener presencia política como gobernadores, alcaldes o diputados, alcanzando también igualdad jurídica, lo que supone el matrimonio para las parejas del mismo sexo.
Desde entonces ha corrido mucha agua y aunque en algunos países los gays siguen siendo, no solamente discriminados, sino perseguidos y encarcelados o asesinados por su conducta sexual, en otros han avanzado notoriamente, hasta obtener presencia política como gobernadores, alcaldes o diputados, alcanzando también igualdad jurídica, lo que supone el matrimonio para las parejas del mismo sexo.
Nada de metrosexuales
A estas alturas, la lucha se ha expandido a otros aspectos, y uno de ellos es combatir los estereotipos en torno a los homosexuales. Entre los esfuerzos más recientes en este sentido, figura la serie Gayxample, que se puede ver vía Internet y cuya primera temporada -de unos modestos, pero muy bien producidos 10 capítulos de 15 minutos de duración cada uno, se emitió en marzo pasado con muy buena receptividad- muestra la cotidianidad de esta comunidad sin personajes encasillados en el lugar común. "Si el público espera ver al típico gay metrosexual más preocupado en acudir al centro de belleza de turno que en ir a trabajar, mejor que cambie de web", dicen sus productores, que han iniciado una campaña de recolección de fondos para producir la segunda temporada "lo más pronto posible".
Esto no podía ocurrir sino en España, considerada la meca del mundo gay, por la notoria influencia que ejercen a todos los niveles y el respeto que se han ganado, luego de décadas de enfrentar, primero la dictadura franquista, y después los primeros años de una democracia que aún no los veía con muy buenos ojos.
Después de varias producciones ambientadas en Madrid -entre ellas las películas Chuecatown (Juan Flahn/ 2007) y Cachorro (Miguel Albadalejo/ 2004), así como la serie de la cadena Telecinco, Sexo en Chueca-, el famoso barrio barcelonés del Eixample, y en especial su zona de bares y establecimientos gays conocida como Gayxample, sirve de escenario para ambientar esta sitcom.
Siete protagonistas
La primera temporada, con un presupuesto irrisorio de 30.000 euros, fue dirigida por el italiano Giuseppe Storelli durante nueve semanas. Lo que cobró el reparto de actores fue menos que simbólico. Inclusive, muchos de ellos tuvieron que ejercer de improvisados maquilladores para que el proyecto llegara a buen puerto. "Gayxample es una realidad, gracias al empuje y a la ilusión de todo el equipo", menciona Storelli.
La comedia narra la vida de un grupo de conocidos tras la llegada de Xavi, un chico de pueblo que aterriza en la capital catalana con demasiados prejuicios. A partir de allí, se teje una historia común entre siete protagonistas, entre los que destaca una inmigrante argentina (Alicia), un voluntario de la Coordinadora Gay de Barcelona (Toni) y una trabajadora social en busca de causas perdidas (Montse).
"Es una serie de entretenimiento con tintes de drama", explicó al diario El Mundo de Madrid, Iván Yáñez, el actor que interpreta al personaje de Toni. "También tiene el objetivo de educar sobre varios temas delicados, entre ellos el Sida", revela su director. Aún así, tanto él como su grupo de actores -muchos de ellos noveles- coinciden en destacar su espíritu cómico.
Sin embargo, Gayxample trata de ir más allá. "Mientras exista un punto de vista homófobo, son necesarios proyectos como este", explica al mismo periódico Babeth Ripoll, la actriz que se pone en la piel de la muy peculiar trabajadora social.
Lo cierto es que la ficción huye de los estereotipos y las etiquetas que rodean al colectivo homosexual, para centrarse en el día a día de siete jóvenes que viven en el Gayxample. Por eso, en esta serie no hay más líos que en Melrose Place ni más chismes que en Aquí no hay quién viva, la popular serie de la cadena Antena 3. "Queremos ofrecer un punto de vista real del colectivo homosexual", reivindican sus actores.
La comedia, luego de su primera temporada, puede ser vista a través de la página web www.gayxample.net, con la particularidad de que está subtitulada en catalán, inglés, francés, alemán, italiano, portugués y holandés, con la idea que abarque al mayor número de público posible a través de la red.
Luego de los buenos resultados obtenidos por esta primera temporada, su director, Giuseppe Storelli, continúa en su empeño por recabar fondos para emprender una segunda entrega de Gayxample.
Para ello, el equipo de producción prevé conseguir dinero a través de la venta de la banda sonora y los DVD de la serie, además de confiar en las donaciones de terceros y las ayudas públicas y de las Organizaciones No Gubernamentales.
"Estamos haciendo una propaganda increíble de Barcelona y el gobierno municipal debería reconocerlo", advierte Storelli.
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