Desconectado - A 42 años de Woodstock

"Woodstock fue collares y colores y flores y el resplandor del sol y gente bella"
John Sebastian 


Con esta frase del cantante folk John Sebastian comienza Woodstock: three days that rocked the world (Woodstock: tres días que rockearon al mundo), el libro de los escritores de música Mike Evans y Paul Kingsbury que recoge una serie de detalles pormenorizados del legendario festival. 

Van a ser 42 años desde que este mítico evento se realizó el 15, 16, 17 y 18 de agosto de 1969. 
Carlos Santana tomó mescalina y se encomendó al Señor para no perder el ritmo y permanecer en tono. archivo

A lo largo de sus 288 páginas a color bellamente ilustradas con muchísimas fotos del espectáculo, se hace un recorrido de Woodstock día por día y concierto por concierto, con la hora en que se inició cada show, los nombres de los integrantes de cada grupo, las piezas que tocaron y comentarios de sus protagonistas sobre lo que entonces hicieron y vivieron.
En esta primera parte de dos recogemos varias anécdotas y testimonios de los músicos que estuvieron en Woodstock.
Quien abrió el festival fue el cantante y guitarrista Richie Havens, el viernes 15 a las 5:07 de la tarde, lo que no estaba planificado así. Como las vías de acceso se congestionaron y la gente no terminaba de llegar, incluidos varios músicos, Havens tuvo que abrir fuegos con su trío acústico (menos el bajista que no arribó a tiempo) y extender su set:
"Estaba supuesto a hacer 35 o 40 minutos y cuando terminé me dijeron que tenía que hacer cuatro canciones más. Regresé al escenario, las hice y cuando terminé me dijeron: 'Richie, tres más'... El largo intro en la película antes de Freedom es porque no sabíamos qué íbamos a tocar".
Carlos Santana tocó el sábado 16 a las 5:15 pm, mas, como le habían dicho que su turno iba a ser mucho más tarde, decidió tomar mescalina pensando que cuando le tocara ya todo iba a estar normal. Cuando la droga hizo efecto le informaron que su show tenía que empezar ya:
"Recuerdo que me puse a rezar: Señor, ayúdame a mantenerme en el tono y en el tiempo de las piezas".
Pasadas varias intervenciones, Grateful Dead salió a las 12 de la noche de ese sábado, luego de una tormenta que puso en peligro al grupo en lo que se recuerda como uno de sus peores conciertos y la razón por la que no aparecen en el filme.
Bob Weir, guitarrista de los "Dead", lo recuerda así:
"Cada vez que tocaba mi instrumento me daba un corrientazo. La tarima estaba mojada y la electricidad corría a través de mí. ¡Era un conductor! Tocar mi guitarra y el micrófono era casi fatal. Vi una gran chispa azul, como del tamaño de una pelota de base-ball, que me levantó y me lanzó de un lado a otro del escenario".
Creedence Clearwater Revival vino después, a la 1:30 am, y todo el mundo estaba dormido.
Su cantante y guitarrista, John Fogerty, rememora:
"Estaba rockeando y gritando y a la tercera canción logro ver entre la oscuridad que la gente dormía. Entonces digo por el micrófono que estábamos pasando un buen rato y que esperábamos que el público también... Esto, para ver si había gente despierta. Medio millón dormido, unos sobre otros, como una escena de Dante. Entonces, nunca se me va a olvidar, a un cuarto de milla dentro de la oscuridad, al otro extremo, veo una linterna y oigo una voz que grita: 'No te preocupes, John, estamos contigo'. Tocamos el resto del show para ese tipo".
Más tarde, a las 5:00 de la madrugada, irrumpió The Who y el líder de las juventudes revolucionarias de Estados Unidos, Abbie Hoffman, se metió en el escenario para denunciar que habían puesto preso a uno de sus colegas activistas, John Sinclair, por ofrecerle marihuana a un policía. Pete Townshend lo golpeó con su guitarra y lo sacó del escenario.
Del mismo Townshend es esta apreciación sobre Woodstock:
"Eran todos unos hippies pensando que el mundo iba a ser diferente de ahora en adelante. Como un inglés cínico, lo que quería era escupirlos y que se dieran cuenta que nada había cambiado y que nada iba a cambiar. No solamente eso, lo que ellos pensaban que era una sociedad alternativa, era básicamente un campo lleno de barro y de LSD. Si ese era el mundo en el que querían vivir, al carajo con todos ellos".
Pero el cantante de The Who: Roger Daltrey, pensaba otra cosa: "Woodstock fue probablemente el mejor show de toda la historia. A Townshend no le gustó porque es un idiota".

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