El prestigio de la gloria emociona y conmueve



El maestro José Antonio Abreu recibió en Turquía el premio “Trayectoria de una Vida” y los músicos de la Simón Bolívar mostraron el resultado de cuarenta años de maravillosos quehaceres artísticos y sociales
Estambul, Turquía.- Un escalofrío penetrante y el temblor que nos avisa el surgimiento de una emoción embriagadora, aceleró nuestras pulsaciones cuando José Antonio Abreu recibió el Lifetime Achievement Awards, Premio a la Trayectoria de una Vida, otorgado por la Fundación para la Cultura y las Artes de Estambul. La conmoción alcanzó mayor nivel en el instante en que el maestro bendijo “a los abnegados ciudadanos venezolanos” que le acompañaron en su tarea inicial. “Evoco aquel momento auroral en el que, para emprender el formidable reto, sólo contábamos con once jóvenes, veinte atriles y unos cuantos instrumentos y partituras. Contábamos, sobre todo, con la fe y la esperanza de nuestros niños y sus familias. Llegó entonces el impulso vital, decisivo, que nos brindó una eximia mujer de nuestro país: María Teresa Castillo.


Abreu recordó que un 8 de agosto de 1971, bajo el patrocinio de esa dama, la Orquesta Nacional Juvenil abrió sus puertas por siempre al Movimiento Musical de Venezuela y de América Latina. “Por ello –enfatizó el maestro- al recibir esta insigne distinción, tengo el honor de dedicar este premio a María Teresa Castillo en ofrenda de profunda y eterna gratitud.


La razón sublimada por Abreu humedeció los ojos. Sus palabras, dichas con una mezcla inteligente de pasión y modestia, enternecieron a quienes admiramos esa fuerza endiablada, plena de rigor desbocado, que ha signado su mundialmente distinguida trayectoria vital El premio se otorgó al maestro Abreu, según expresa la fundación de la nación turca, “por ser una de las personalidades mundiales cuyo proyecto, único en el mundo, revela el poder unificador y luminoso que tiene la música en todas las sociedades”.
El maestro Abreu recibió el galardón de manos de Bulent Eczacibasi, presidente de esta fundación, momentos antes del inicio del primer concierto de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela en el Halic Congress Center de Estambul, una sala con capacidad para 3000 personas, ubicada a la orilla del Marmara.


Por primera vez la batuta de Gustavo Dudamel se alzaba en Turquía para dirigir a los 170 integrantes de la orquesta, quienes tocaron, en este primer concierto en Estambul, las obras que Tchaikovsky compuso inspirado en Shakespeare: Hamlet, La Tempestad y Romeo y Julieta, además de otra obra del compositor ruso titulada Francesca da Rimini.
Desde la llegada de los venezolanos a Turquía ha habido no sólo mucha expectativa por los conciertos de la orquesta, sino por el que ofrecieron el Caracas Brass Ensemble y el Ensamble Atalaya (percusión) a las afueras de la icónica Torre Galata de Estambul. Además, músicos y gestores culturales acudieron a un seminario al que asistió el maestro Abreu con la firme intención de iniciar las conversaciones para un intercambio académico entre Turquía y Venezuela.
El proceso de colaboración comenzó cuando Abreu anunció la cooperación con una ONG de la nación turca que lucha por mantener viva la tradición musical de su pueblo, enseñando música a niños y jóvenes provenientes de familias de bajos recursos económicos, así como en Venezuela El Sistema hace lo propio a través del Programa “Alma Llanera”, que se consolidará mediante una vastísima red pedagógica nacional e internacional gracias a los recursos especiales que el propio Presidente de la República acaba de asignar.
El concierto de cierre El público aplaudió de pie y por más de 20 minutos a los jóvenes venezolanos durante el último concierto en Turquía.


Un cierre memorable para una gira que consolidó a la orquesta en el festival más antiguo de música académica: el de Salzburgo, y el de mayor reconocimiento por el público masivo: los Proms de Londres.
Entre tanta ovación, a los jóvenes venezolanos les costó irse del escenario. Tuvieron que tocar tres bises que fueron doblemente aplaudidos, pues Gustavo Dudamel, en ese momento final, le cedió su batuta a dos jóvenes directores, Jesús Parra y Manuel Jurado, quienes se ponían por primera vez la chaqueta de los colores de la bandera para dirigir en suelo internacional.


Los espectadores no creían que fuera posible que dos adolescentes estuvieran montados sobre el podio dirigiendo a más de 170 músicos. El episodio simbolizó el espíritu de continuidad y formación de relevo en de El Sistema. Fue quizá una de las mejores inspiraciones para los integrantes de la ONG Música por la Paz, con la que ya se está diseñando un programa de intercambio académico que comenzará a ejecutarse en tan sólo dos meses. Horas antes del concierto, el maestro José Antonio Abreu visitó la pequeña sede del programa turco y ofreció todo el apoyo pedagógico necesario para que en Turquía crezca con fuerza esta iniciativa musical y social.


Algunos de esos niños turcos miraron escucharon con embeleso un repertorio que, por ahora, es desconocido e inalcanzable para ellos, pero que revelaba un sonido de futuro.


Horas antes del concierto, el maestro Abreu asistió a la pequeña sede de la ONG Música por la paz. Los niños lo recibieron con alegría, tocando algunas piezas con flautas, violines, chelos e instrumentos de percusión, que son los únicos que han podido enseñar a tocar por ahora.
Enclavada en un barrio humilde de Estambul, con los pies descalzos para no deteriorar el piso pulido sobre el que aprenden, los niños de Turquía contaban que la vida les ha cambiado desde que se acercaron a la música: primero, tienen derecho a una actividad creativa sin tener que pagarla, algunos han mejorado sus notas en la escuela impulsados por la estimulación de ir a la escuela de música, otros se han convertido en niños más sociables y motivados y todos ellos, quizá, estén trazando un futuro profesional en la música.
Los músicos de la Simón Bolívar, además, se consagraron en los Proms de Londres, en una actuación precedida por un hecho histórico: la venta de boletos más rápida en las 116 ediciones del festival londinense.
Con la mirada puesta en el horizonte, los músicos venezolanos regresan a su hogar, a sus horas de docencia (luego de las vacaciones de sus alumnos) y a su agenda de conciertos semanales en Venezuela.


Quinto Dia.
Carlos Guillermo Ortega

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